Para ser un buen inversionista, no solo necesitas saber cómo invertir o los conceptos que se dominan en el mundo de los mercados financieros. También, necesitas adquirir y desarrollar habilidades analíticas que te permitan entrar en el mercado con la seguridad de que las operaciones que realizas tienen un alto porcentaje de éxito.

Las inversiones siempre conllevan un riesgo, por lo que como inversos debes estar preparado para anticiparte a ellos y diversificar tu cartera de activos. Para ello necesitas estudiar y adquirir destreza mediante la práctica, llevando un estricto control de tus decisiones. Pero no sólo eso, también requerirás de 7 habilidades que debe tener un buen inversionista, y que detallaremos a continuación. Pero antes veamos qué es un inversionista y en qué se diferencia de un trader.

¿Cuál es la diferencia entre un trader y un inversionista?

Al investigar sobre este tema, es muy probable que hayas visto el término trader, asociado a las inversiones en activos financieros. Sin embargo, y aunque la actividad es básicamente la misma, el inversionista no siempre es un trader, y viceversa. Te explicamos. El trader es un operador que usa la especulación para valerse de las tendencias del mercado, ya sea a favor o en contra de ellas, para obtener beneficios a corto o mediano plazo. Esto hace que el trader abra y cierre un mayor volumen de operaciones, exponiéndose más a los riesgos del mercado.

En muchos casos, los traders minoristas invierten con una operatividad intradía (minutos u horas), o con un horizonte que puede tener unos días o semanas. Los más experimentados pueden mantener su posición abierta por algunos meses, y se les conoce como traders de posición, que es lo más acercado a ser inversionista, ya que usan análisis técnico y fundamental para tomar decisiones. Por su parte, el inversionista tiene como característica principal el comprar activos para mantenerlos a largo plazo, teniendo en cuenta que dicho activo tendrá un crecimiento sostenido a lo largo de los años.

Sus análisis del mercado son mucho más profundos, y no se basan solo en análisis técnico, sino que aplican el análisis fundamental. No necesitan estar pegados al monitor vigilando si el precio de sus inversiones sube o baja, ya que su horizonte es a largo plazo. Suelen invertir cantidades más grandes de dinero y apuntar a otros tipos de rentabilidad, como las obtenidas por los dividendos. En el caso de los grandes inversionistas, pueden tener participación en la Junta Directiva de la empresa y tomar decisiones o votarlas.

Otras diferencias importantes entre un trader y un inversionista

Posesión del activo
Los traders operan a través de productos derivados. Es decir, abren posiciones de compra o venta respecto a un activo subyacente, pero no son dueños de este. Mientras que el inversionista sí es dueño del activo en el que invierte.
Estrategia de inversión
El trader puede abrir posiciones en tendencia alcista o bajista, ya que apuesta por la volatilidad del mercado y no por su plusvalía. El inversionista compra para mantener porque apunta a la revalorización de dichos instrumentos financieros.
Capital requerido
En vista de que el trader solo se posiciona ante una tendencia, puede operar con solo un margen del precio requerido para abrir esta posición, lo que se conoce como margen. Sin embargo, el inversionista aporta el valor total de la inversión, ya que está adquiriendo el activo.
Activos
Mientras que los activos predilectos de los traders son aquellos con una volatilidad alta, como las acciones o las criptos, los inversionistas diversifican mucho más su ortafolio con acciones de diferentes países y sectores económicos, ETFs, materias primas e instrumentos de renta fija.

Debido a esto, es absolutamente necesario que si vas a invertir poseas ciertas habilidades que incrementen tus posibilidades de éxito en los mercados. De estas habilidades hablaremos a continuación, destacando las 7 más importantes, aunque no por ello las únicas.

7 habilidades que debe tener un buen inversionista

Con en la mayoría de las cosas, ser algo no significa necesariamente ser bueno en algo. Y esto pasa en el mundo de las inversiones. Ser un inversionista no implica ser un buen inversionista. Para lograr la madurez en esta área de conocimiento es necesario tener ciertos conocimientos y habilidades, que muchas veces mejoran con la experiencia.

Se conoce a sí mismo

Una de las principales claves para ser un buen inversionista es conocer qué tipo de perfil tienes, para saber cómo manejarás tus inversiones. Estos perfiles se clasifican de acuerdo al nivel de riesgo que estás dispuesto a tolerar:

Conservador
Es más un ahorrista a largo plazo. Se caracteriza por tomar mínimos riesgos, basando sus inversiones en instrumentos de renta fija como una manera de obtener beneficios pequeños pero seguros.
Moderado
Como su nombre lo indica, es capaz de soportar un poco más de riesgo diversificándose e incluyendo en su portafolio de inversiones una parte en instrumentos de renta variable. Mientras que su fuerte se mantiene en inversiones de renta fija.
Agresivo
Es mucho más arriesgado, y suelen ser inversionistas jóvenes o con pocas responsabilidades personales. Su fuerte es la inversión en renta variable, es decir, activos con alta probabilidad de obtener plusvalía. Este alto nivel de riesgo implica proyecciones mayores en cuanto a los beneficios que se obtienen.

Conoce los detalles de cada producto financieros

Un buen inversionista estudia cómo se comporta el mercado y los productos financieros que en él se negocian. Dedica tiempo a analizar cada producto financiero y cómo se integra en el mercado de valores, cuáles son sus ventajas y riesgos intrínsecos, cuáles son los mejores de acuerdo a su horizonte de inversión. Es decir, desarrolla la habilidad de ser objetivo y crítico ante los instrumentos en los que puede invertir, y selecciona aquellos que se adapten mejor a su perfil y su estrategia. No se deja llevar por lo que esté de moda, sino por lo que tenga trascendencia.

Diversifica su cartera

Una de las claves más importantes de una buena inversión es la diversificación, ya que esto ayuda a disipar el riesgo. Un inversionista que solo escoge un sector, tipo de activo, país o mercado difícilmente pueda obtener buenos resultados, ya que si ese segmento cae en el largo plazo, todas sus inversiones se verían gravemente afectadas.

Por el contrario, el buen inversor es prudente, y distribuye su capital de forma inteligente en diversos mercados, productos, países y sectores de la economía. Es consciente de que el mundo no solo necesita energía, por ejemplo, y le da la importancia debida a cada segmento y a los diversos actores que intervienen en los mercados mundiales. En pocas palabras, es globalizado.

Tiene control sobre sus emociones

Un factor determinante en la toma de decisiones calculadas y bien pensadas es no dejarse llevar por las emociones, ni positivas ni negativas. Un inversor experimentado sabe que las emocionen pueden nublar el juicio y llevarlo a tomar decisiones apresuradas. Para ello, dedica parte de su tiempo a leer y aprender sobre la psicología de los inversores para controlar las emociones en la medida de lo posible. Y decimos esto porque, al ser humanos, es prácticamente imposible desligarnos de nuestras emociones. Pero si quieres ser un buen inversionista trata de no basar tus decisiones en ellas.

Establece una estrategia sólida y realista

Salir al mercado bursátil sin tener una estrategia es como jugar ajedrez con la mitad de tus piezas. De allí que, no todo el que mete dinero en los mercados para comprar activos pueda ser considerado un inversionista. Requiere tiempo y dedicación el planificar una buena estrategia de inversión, no solo talento. También es realista y, como mencionamos antes, no desordena su estrategia por una fuerte emoción.

Se educa constantemente

Nunca se sabe todo de un tema, y los buenos inversionistas lo saben. Muchos han tenido formación especializada en los mercados financieros en las mejores universidades y escuelas de negocios. Pero esto no significa que dejan de estudiar, ya que la situación económica del mundo cambia constantemente, y aunque la historia nos da una huella qué seguir; lo cierto es que el siguiente paso siempre es incierto. Es por ello que, el inversor que quiere llegar a ser exitoso debe estudiar constantemente y llevar un registro de ello, ya sea digital o físico. De esta manera podrá aplicar estos nuevos conocimientos en sus inversiones. También aprende de sus propios errores y operaciones fallidas, con la intención de no repetirlos.

Es paciente

Por último, un buen inversor sabe esperar por los resultados de su inversión. Aunque el mercado conlleva un riesgo, tiene la certeza de que ha tomado una buena decisión, de que sus inversiones producirán frutos. Está consciente de haber tomado las previsiones necesarias para diversificar y disminuir este riesgo, por lo que no se desespera ante los cambios desfavorables que puedan ocurrir en el corto plazo. En resumen, el buen inversionista es mesurado, analítico, controlado, previsivo, estratega, consciente de sus decisiones, curioso y determinado a aprender algo nuevo cada día. Esto no quiere decir que no vayas a cometer errores, pero sí podrás disminuirlos y realizar buenas inversiones.


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